Esos momentos especiales, que te hacen vivir, que te hacen sentirte especial, sentirte querida, esos momentos en los que vuelves a creer en las personas, en la bondad, en la alegría compartida. Esas sonrisas cómplices, esos secretos a voces entre los que nos entendemos. Ese cruce de miradas que lo cuentan todo. Esas palabras sinceras, sin florituras. Esa suave caricia que te hace estremecer. Esa tranquilidad que tengo cuando estoy a tu lado. Esa alegría que tengo simplemente al verte. Simplemente, nada más. Ese abrazo. Ese largo suspiro. El sonido de tu respiración en esta habitación vacía. Tu dulzura. Tu ternura.
No busco lo que quizás quisiera que me ofreciera otra persona, no espero que actúen como me gustaría que fuera. Los bonitos momentos quedarán siempre ahí, y me alegraré de recordarlos. No busco compromisos a largo plazo. Busco complicidad, el conocerse día a día, el ir tiempo al tiempo. Al fin y al cabo, somos personas, y como tales tenemos sentimientos que a veces no se pueden cambiar de ya. Por lo tanto busco comprensión, porque yo ofrezco lo mismo. Solo doy las gracias por esos pequeños grandes momentos. Por compartirlos conmigo. Por hacerme sentir viva. Por volver a sentir algo que estaba dormido. Gracias.

